La terapia con luz roja (RLT) utiliza longitudes de onda de luz específicas para producir diversos efectos beneficiosos en el cuerpo. Las diferentes longitudes de onda de luz interactúan con las células de manera diferente y pueden tener diferentes aplicaciones terapéuticas.

 

Idealmente, RLT debería emplear una combinación de diferentes longitudes de onda para optimizar su potencial terapéutico. Esto se debe a que diferentes longitudes de onda penetran en la piel a diferentes profundidades e interactúan con diferentes componentes celulares.

Por ejemplo, las longitudes de onda más cortas, como la luz roja (RL), penetran la piel a una profundidad moderada y se dirigen principalmente a las mitocondrias, las centrales celulares responsables de la producción de energía. Las longitudes de onda más largas, como la luz infrarroja cercana (NIR), penetran más profundamente en la piel y alcanzan las células implicadas en la producción de colágeno, los tejidos y la piel. y reparación ósea y modulación de la inflamación.

 

La eficacia de diferentes longitudes de onda en RLT se ha estudiado ampliamente. Las investigaciones sugieren que la luz roja y la del infrarrojo cercano, específicamente en el rango de 630 a 940 nm, demuestran los beneficios terapéuticos más prometedores. Este rango de longitud de onda es bien absorbido por las células de la piel y desencadena diversos procesos celulares que promueven la curación, reducen el dolor y mejoran la salud general.

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Los RLT Pods de AURORA pueden emitir 5 de las longitudes de onda más efectivas:  630 nm, 660 nm, 810 nm, 850 nm y 940 nm.